Yo anuncio.
Era temprano en la mañana, una hermosa mañana del  4 de mayo del 2010. Mariana había salido a despejar su mente pero algo extraño le cambiaria su vida para siempre.
“Mar”, como la denominaban sus amigos más cercanos, tenía la ilusión de encontrar quien fuera su príncipe azul, su media naranja. Ya estaba media resignada al ver que siempre daba con lo mismo, las mismas excusas, las mismas palabras, los mismos engaños. Pero daba lo que sea por enamorarse.
En ese momento eran tiempos difíciles para los enamorados, no había amor puro, no había fidelidad, las rosas rojas ya no florecían y nadie podía sentir al amor.
Mariana decía que sin alguien al lado no era nada. Ella no se quería, no se amaba, odiaba a su cuerpo, haciéndola frágil a quien la quisiese irrumpir con palabras denigradoras y sucias. Su amor propio no existía..
Aquel día, sentada en el banco de su plaza favorita, soñaba despierta, alucinando fantasías que solamente eso eran. Cuando estaba absorta de sus pensamientos vio al final de ese bosque de ideas, un hombre vestido de manera extravagante. Tenía una especie de sombrero con alas extremadamente largas, de cuya copa salían mechones largos de pelo ondulado.
Se acercó, sintiendo que la estaba esperando y preguntó su nombre.
-Soy lo que estabas buscando, el dueño de tu futuro- le contestó
Desconfiada, intentaba recordar donde fue que había visto a esa persona. No conocía a nadie llamado “lo que estabas buscando” que correspondiera con la imagen que tenia frente de ella
-No me conoces, por lo menos no de esta manera –Era como hablar con un viejo amigo en la niebla, pero a causa de la bruma no poder saber de cual amigo se trata.
-Soy Eros, soy el amor, te estoy buscando pero no puedo llegar a tu corazón.- Le dijo al ver su cara de desconcertada.

Entonces Mariana levantó un poco el rostro, lleno de cicatrices, y lo miró a los ojos y comprendió. Su mirada; y la de él; era inconfundible. Algo broto en su interior, algo que nunca antes había conocido.
-Pero, no entiendo, ¿Sos real? – Le preguntó algo confundida
-Si, lo soy .. soy un alma que siempre he ayudado a enamorar a la gente. A unir sus vidas, a que encuentren lo más lindo de la vida, el amor, pero siempre me ha pasado  lo mismo, siempre pensando en los demás me quedé solo. Y ¿Quién se lo iba a imaginar no? Eros, sin nadie que acompañe sus aventuras, sin un alma que lo ame, pero como nadie me ve, nadie se enamora de mí, porque mis flechas no alcanzan para tanto.
Eros bajo su cabeza, y se largo a llorar. Había tenido planes para concluir su venganza, ya que todo el mundo vivía en una amarga soledad. Nadie podía estar con nadie, ya que no se enamoraban, porque Eros se sentía solo y resentido, quería que todos sintieran lo mismo que el. Mariana apoyo su cabeza en el hombro de ese extraño hombre y le hablo.
-Y entonces, ¿Cómo es que me estás diciendo todo esto a mí? ¿Acaso yo no soy una más del montón?
-Tienes un corazón parecido al mío, solitario, rencoroso pero en busca del amor, te queda una esperanza y dios me ha mandado aquí para descubrirte, para descubrirnos, para que puedas descubrir tu amor interno y yo el mío. Pero en este momento, reflejado en tus ojos he descubierto lo que muchos sienten con mis flechas, ya no quiero estar solo, te ofrezco mi corazón. Le respondió Eros.
Aun confundida, solo surgieron de su boca unas cavilaciones
-No me ilusiones, no me engañes, no eres quien dices ser. Solamente uno más de mis pensamientos. Son todos iguales.
-Te juro que no, soy capaz de cualquier cosa. Quiero que veas lo más puro de mi corazón..
-¿Y cómo se que lo que me decís es verdad? No, no te creo, yo no podría estar con un alma, soy una persona, un ser humano. Si puedes convertirme en lo que tú eres ahí confiare, y me entregare a ti, como promesa.
-Si cuando ves al amor de verdad no crees entonces no mereces tener lo que otros desean, un cuerpo al cual amar, lo que tú no haces.
Y en ese mismo instante el cielo se oscureció, Mariana desapareció por un segundo, y a su vuelta lo hacía en forma de alma, de espíritu. Pero no se había dado cuenta que perdió la vida buscando al amor y cuando lo encontró no lo quizo ver.. Perdió su cuerpo  que era lo que le hacía falta para amar. No se jugó por el amor.  Por no amarse a sí misma dio lo más importante que tenia.
Mariana no volvió a ver al hombre nunca más y ahora ella anda buscando quien la acompañe en su mundo de almas perdidas..

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