Colaboró : Nadinchuz

Nos conformamos en vez de arriesgarnos, sin pensar que cada día que pasa, no volverá. Nada está escrito, nada es imposible, ni siquiera posible... todo depende de nuestra voluntad, de esas fuerzas que nos salen de adentro, decir de adentro es decir que puedo afrontar cada desafío.

Tenemos el poder cuando estamos convencidos, cuando estamos decididos, cuando de verdad queremos algo.
No hay obstáculo capaz de imponerse, si queremos podemos llegar más lejos, si queremos podemos llegar más alto, si queremos podemos hacer lo que sea... "sólo hay que proponérselo"...
La vida es algo hermoso, siempre y cuando la hagas a tu manera, sin dejar que nada ni nadie opine por ti, que se meta en tus asuntos queriendo arreglarlos.
Nunca dejes que nadie te arruine la vida.
La vida es una sola, vívela paso a paso y no dejes de hacer nada, probablemente te arrepientas y cuando te des cuenta será demasiado tarde.
Tampoco dejes de vivir los sueños y las ilusiones, sin ellos , la vida no tiene sentido.
Trata de vos siempre de frente, sin vueltas...
No confíes en toda la gente que te rodea, a veces piensas que es la mejor persona del mundo, y en realidad es un verdadero enemigo.
Anda siempre con la verdad, por más dolorosa que sea, de todas formas vale mucho más que una mentira.
Si algún día te sientes solo, y tienes ganas de llorar, hacelo , muchas veces ayuda a que te desahogues.
Ante cualquier problema; no huyas por miedo a enfrentarlo, y nunca olvides esto:

LUCHA COMO SI FUERAS A VIVIR SIEMPRE
Y VIVE COMO SI FUERAS A MORIR MAÑANA!

Me Gustas Cuando Callas - Pablo Neruda

Quien no habrá sentido esto alguna vez no?
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Me gustas cuando callas porque estas como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas estan llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mia.
Mariposa de sueno, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolia.
Me gustas cuando callas y estas como distante.
Y estas como quejandote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
dejame que me calle con el silencio tuyo.
Dejame que te hable tambien con tu silencio
claro como una lampara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estas como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto. 
Yo anuncio.
Era temprano en la mañana, una hermosa mañana del  4 de mayo del 2010. Mariana había salido a despejar su mente pero algo extraño le cambiaria su vida para siempre.
“Mar”, como la denominaban sus amigos más cercanos, tenía la ilusión de encontrar quien fuera su príncipe azul, su media naranja. Ya estaba media resignada al ver que siempre daba con lo mismo, las mismas excusas, las mismas palabras, los mismos engaños. Pero daba lo que sea por enamorarse.
En ese momento eran tiempos difíciles para los enamorados, no había amor puro, no había fidelidad, las rosas rojas ya no florecían y nadie podía sentir al amor.
Mariana decía que sin alguien al lado no era nada. Ella no se quería, no se amaba, odiaba a su cuerpo, haciéndola frágil a quien la quisiese irrumpir con palabras denigradoras y sucias. Su amor propio no existía..
Aquel día, sentada en el banco de su plaza favorita, soñaba despierta, alucinando fantasías que solamente eso eran. Cuando estaba absorta de sus pensamientos vio al final de ese bosque de ideas, un hombre vestido de manera extravagante. Tenía una especie de sombrero con alas extremadamente largas, de cuya copa salían mechones largos de pelo ondulado.
Se acercó, sintiendo que la estaba esperando y preguntó su nombre.
-Soy lo que estabas buscando, el dueño de tu futuro- le contestó
Desconfiada, intentaba recordar donde fue que había visto a esa persona. No conocía a nadie llamado “lo que estabas buscando” que correspondiera con la imagen que tenia frente de ella
-No me conoces, por lo menos no de esta manera –Era como hablar con un viejo amigo en la niebla, pero a causa de la bruma no poder saber de cual amigo se trata.
-Soy Eros, soy el amor, te estoy buscando pero no puedo llegar a tu corazón.- Le dijo al ver su cara de desconcertada.

Entonces Mariana levantó un poco el rostro, lleno de cicatrices, y lo miró a los ojos y comprendió. Su mirada; y la de él; era inconfundible. Algo broto en su interior, algo que nunca antes había conocido.
-Pero, no entiendo, ¿Sos real? – Le preguntó algo confundida
-Si, lo soy .. soy un alma que siempre he ayudado a enamorar a la gente. A unir sus vidas, a que encuentren lo más lindo de la vida, el amor, pero siempre me ha pasado  lo mismo, siempre pensando en los demás me quedé solo. Y ¿Quién se lo iba a imaginar no? Eros, sin nadie que acompañe sus aventuras, sin un alma que lo ame, pero como nadie me ve, nadie se enamora de mí, porque mis flechas no alcanzan para tanto.
Eros bajo su cabeza, y se largo a llorar. Había tenido planes para concluir su venganza, ya que todo el mundo vivía en una amarga soledad. Nadie podía estar con nadie, ya que no se enamoraban, porque Eros se sentía solo y resentido, quería que todos sintieran lo mismo que el. Mariana apoyo su cabeza en el hombro de ese extraño hombre y le hablo.
-Y entonces, ¿Cómo es que me estás diciendo todo esto a mí? ¿Acaso yo no soy una más del montón?
-Tienes un corazón parecido al mío, solitario, rencoroso pero en busca del amor, te queda una esperanza y dios me ha mandado aquí para descubrirte, para descubrirnos, para que puedas descubrir tu amor interno y yo el mío. Pero en este momento, reflejado en tus ojos he descubierto lo que muchos sienten con mis flechas, ya no quiero estar solo, te ofrezco mi corazón. Le respondió Eros.
Aun confundida, solo surgieron de su boca unas cavilaciones
-No me ilusiones, no me engañes, no eres quien dices ser. Solamente uno más de mis pensamientos. Son todos iguales.
-Te juro que no, soy capaz de cualquier cosa. Quiero que veas lo más puro de mi corazón..
-¿Y cómo se que lo que me decís es verdad? No, no te creo, yo no podría estar con un alma, soy una persona, un ser humano. Si puedes convertirme en lo que tú eres ahí confiare, y me entregare a ti, como promesa.
-Si cuando ves al amor de verdad no crees entonces no mereces tener lo que otros desean, un cuerpo al cual amar, lo que tú no haces.
Y en ese mismo instante el cielo se oscureció, Mariana desapareció por un segundo, y a su vuelta lo hacía en forma de alma, de espíritu. Pero no se había dado cuenta que perdió la vida buscando al amor y cuando lo encontró no lo quizo ver.. Perdió su cuerpo  que era lo que le hacía falta para amar. No se jugó por el amor.  Por no amarse a sí misma dio lo más importante que tenia.
Mariana no volvió a ver al hombre nunca más y ahora ella anda buscando quien la acompañe en su mundo de almas perdidas..
Cuando un ex que te dejó te manda un mensaje, en el 90% (?) de los casos es para comprobar que todavía te tiene, pese a haberte dejado. Y es lógico. Porque, dentro de su conchudez, nunca imaginó, en el momento en que te dejó, que te perdía. ¿Cómo iba a perder a esa pobre piba que estaba destrozada? ¿Que habría hecho cualquier cosa por seguir con el? (y que, de hecho, tal vez lo hizo, en los primero días posteriores a la ruptura).
Cuando pasado un tiempo X deja de tener noticias de esa ex a la que dejó, empieza a preguntarse: “¿Qué pasa con ella?”, “¿Se olvidó de mí?”, “¿Tendrá otro?”. Y para satisfacer esta curiosidad no tiene más que mandar un SMS o un mail diciendo… CUALQUIER pelotudez. Es entonces cuando, por medio de nuestra respuesta, se queda tranquilo: SABE Q NOS TIENE AHI, COMO SIEMPRE
Ejemplo:
Mensaje de él: “Sólo quiero que sepas que te extraño”.
Respuesta de la CB (Clásica Boluda): “Yo también te extraño. ¿Por qué no nos encontramos y hablamos? Te amo”.
Listo.
A la mierda: ya tiene lo que quería.Después de eso, puede venir otro mensaje de él que dice: “No te confundas: sólo te decía que te extrañaba”. (Si es que se digna a mandarlo, porque tal vez ni eso).
Hayciertos mensajes que podríamos llamar “informativos”: aquellos en donde no te pregunta nada. Y, obviamente, tampoco te propone nada. Estos mensajes suelen ser interpretados erróneamente como una propuesta o un acercamiento para volver. Ejemplo: “Te extraño y siempre voy a llevar conmigo los momentos que pasamos”. "¡Vamoh! ¡Quiere volver!", pensaría
la CB. Pero… ¿dónde dice que quiere volver? Son muy asututos, naturalmente, y saben que con ese mensaje van a obtener la respuesta tranquilizadora que les haga SENTIR QUE NOS DEJARON, PERO Q NO NOS PERDIERON
Por eso, este tipo de mensajes “informativos” deben ser recibidos de la misma manera que los mensajes informativos de la compañía de celulares, que nos dicen: “Con la compra de una tarjeta de 20 pesos, te llevás 40 sms de regalo”. ¿Acaso respondés esos mensajes?
NO. SIMPLEMENTE, TE DAS POR INFORMADA. Punto. Y, en caso de que el tipo en cuestión te pregunte por que no le respondés los mensajes, podés tranquilamente contestarle: “Porque no me preguntaste nada”.
Cuando los mensajes contienen una pregunta, hay que responderlos: no responder a una pregunta concreta denota resentimiento. Y resentimiento no es otra cosa que “RE-SENTIMIENTO”. Pero recordemos que nuestra filosofía apunta a que él sienta que nos está perdiendo para que, así, nos valore: lo último que tenemos que demostrarle es bronca. Porque, si tenemos bronca,es porque todavía seguimos enganchadas con él.En consecuencia, se debe responder los mensajes que contienen una pregunta, pero de la manera más breve posible.
Ejemplo:
Mensaje de él: “Hola. ¿Cómo estás?".
Respuesta tuya: “Bien”.
Pero ojo: no es “Bien. ¿Y vos?”. Ni “Bien, gracias…”. Mucho menos: “Mal extrañándote y bla bla bla…”. La respuesta es, simplemente, “Bien”. Eso hará que él piense:
"Caramba… ¡la habilito para que me contacte, para que me diga algo, y sólo responde 'bien'?". Ahí va a darse cuenta de que no te tiene tan en su poder como creía.

Una excepción a esta norma podría ser el clásico 
“Feliz cumpleaños”, en el que la ausencia de respuesta de nuestra parte también podría denotar bronca. En estos casos, lo ideal es responder:
“Gracias”. Y por qué no: “Grcias” (como para que vea que tecleamos rápido y que ni nos detuvimos a revisar o corregir el mensaje).
Aveces, estos “testeos” que nos envían para “chequear” qué pasa con nosotras pueden ir un poco más lejos y proponer un encuentro "para hablar". Ejemplo: “Me gustaría que nos encontremos para hablar”. Ahí la CB salta de alegría, pensando que el pibe quiere volver. Repito lo de antes: ¿Dónde dice que quiere volver? En muchísimos casos, el sujeto se conforma, solamente, con saber que saldrías corriendo a verlo y suele responder a tu aceptación inmediata con un “Mejor no… no quiero confundir las cosas”. O ni siquiera eso: dilata el encuentro, que luego nunca se produce.
En otros casos, el encuentro se produce, pero la charla no lleva a nada nuevo. Simplemente, te repiten lo que te habían dicho cuando te dejaron: que siguen confundidos; que te quieren mucho, pero que no pueden seguir. Suelen agregar que les gustaría no terminar mal, que se siguieran hablando y hasta que fuesen “amigos”. O SEA: UNA MIERDA. Es bueno agregar que, en estos encuentros, solemos terminar a los besos (o en un telo), pero sin llegar a ningún tipo de reconciliación. ¿Y qué es lo que ha vuelto a pasar? Lo que ha vuelto a pasar es que volvieron a comprobar que aún estamos disponibles (con besos o sexo o sin ellos, porque nuestra sola presencia y la caripela que seguramente nos vio, en ese encuentro, nos mandaron presas, con pitos y matracas).
Por eso, en los casos donde nos envían un mensaje proponiendo hablar lo ideal es responder: “Decime, concretamente, qué me querés decir y si da, nos juntamos”. La respuesta que puede venir de su parte, en estos casos, puede ser: “Nada… quería hablar de la vida… de cómo van tus cosas…”. Ahí podés responderle: “Te dije que si daba nos juntábamos y la verdad que no da. Mi vida, bien. Un bso”. Otra opción hubiera sido responderle: “Enviame un mail y decime todo lo que me quieras decir. Si veo que da para juntarnos, lo hacemos. Sludos”.

Otro mensaje muy común de parte de él es: “¿Por qué me borraste el MSN?”. (Cosa que, indudablemente, hay que hacer con un ex que te dejó: el hecho de que nos vea online, cuando tenemos la opción debloquearlo, sería lo mismo que pararnos como forras en al puerta de su casa. Y no sirve sólo bloquearlo porque, además de la tentación permanente de readmitirlo, vamos a estar pendientes de sus nicks, sus fotos... Definitivamente, no ayuda). Ante esa pregunta lo ideal es responder: “Te borré de MSN porque mis contactos son sólo amigos, familiares y eventualmente algún novio: vos no entrás en ninguna de esas categorías. U bso”. Pero ojo: solo hay que repsonder eso si lo pregunta. Porque un mensaje de parte de él que diga “No puedo creer que me hayas borrado del MSN” no deja de ser otra cosa que, como dije antes,un mensaje “informativo” que no hay que responder.
Es fundamental no dejarnos llevar por nuestras pasiones, al momento de responder un SMS o mail de un ex. Eso podría hacer que vaya a parar a lamierda todo el esfuerzo que pusimos anteriormente para hacer las cosas bien, no humillarnos y hacerle sentir que seguimos adelante sin él y que nos está perdiendo. Recuerden que NADIE PUEDE TENER DESEOS DE RECUPERAR LO QUE NO SIENTE QUE HA PERDIDO.

Adiccion a personas (codependencia)

 
A veces amar demasiado se convierte en una enfermedad...


Una relación es adictiva cuando nos produce daño, perjudica nuestra salud física y emocional y, sin embargo, no podemos liberarnos de ella.
Así como el adicto a una sustancia, necesita y tolera cada vez más cantidad de sustancia tóxica para poder funcionar, las personas "adictas al amor" soportan increíbles cantidades de sufrimiento en las relaciones que establecen.
Comienza a confundirse al amor con algo que podría categorizarse como "obsesión". Puede estar dirigida a alguien en particular, a una serie de hombres o mujeres, o a la búsqueda de una pareja (en caso de estar fuera de una relación).
Estas personas se sienten atraídas hacia individuos inadecuados para formar una pareja "sana"; por ejemplo elegirán (porque se trata de una elección) a seres incapaces de comprometerse afectivamente. Es decir, sujetos que por un motivo u otro son emocionalmente inaccesibles. Estas personas interpretarán todos estos rasgos como señales de que ese sujeto está necesitado e intentará ayudarlo, salvarlo, curarlo o cambiarlo con el poder de su amor.
En esto radica el punto de partida y la posterior dinámica insana de la relación. Dinámica que se caracteriza por la dependencia mutua (adicción).

Hay en estas relaciones dramatismo, caos, excitación, sufrimiento, algunas veces un alto voltaje de erotismo y sexualidad.
Las peculiaridades de las personas co-dependientes son:
* Realizan todo tipo de sacrificios personales, postergándose a sí mismos y a sus propios intereses vitales con tal de "ayudar" al individuo del cual depende.
* Cuanto más problemática, difícil e imposible sea el lazo con una persona, mayor es la atracción que sienten hacia ella.
* Destacan lo bueno y ocultan lo malo de la relación, frente a sí mismos y frente al mundo.
* Si el vínculo no funciona se echan la culpa a sí mismos por el fracaso; piensan que son ellos lo que fallan y que tienen que esforzarse más.
* Tienen pánico al abandono y por ese motivo están dispuestos a hacer cualquier cosa para evitar que la relación se disuelva.

En muchísimos casos la seducción y la sexualidad son los factores puestos en juego en la dinámica de la relación.
Hay en los encuentros sexuales (sobre todo al comienzo) mucha "magia", romanticismo, erotismo y sensualidad. El esfuerzo por complacer se centra fundamentalmente en el área sexual.
Aquí la persona supone que mediante la sexualidad salvará, curará o cambiará al individuo con el que ha establecido una relación adictiva.
Vale decir que puede haber "buena" sexualidad en malas relaciones.
En realidad, todos estos intentos por retener y/o cambiar al otro se vinculan con el manejo y el control. Por este motivo, la respuesta que suelen obtener de ellos es el desprecio, el mal trato, la depresión o un mayor alejamiento emocional (seguir juntos pero distantes).
Lo cual lleva a estas personas a reforzar sus intentos dando más "amor": aumenta la concentración en la conducta del partenaire, dependen cada además de él en lo afectivo. Van abandonando sus intereses personales, sienten furia e impotencia inexplicables hacia ellos; pueden aparecer síntomas físicos y psíquicos relacionados con el stress.
Observemos cómo se refuerza el círculo adictivo.

Por otra parte, llegando a un punto avanzado de la adicción, si una de las personas de la pareja trata de distanciarse, o de interrumpir la relación, se produce el "síndrome de abstinencia" (igual que a cualquier adicto a quien se le suspende el uso de una droga) un estado físico y mental del profundo dolor; sensación de vacío, insomnio, llanto, angustia, autorreproches, miedo, etc.
La raíz de esta obsesión no es el amor sino el miedo. Miedo a estar solo, al abandono, a no ser digno, a ser ignorado.
En todo este proceso se da un deterioro del autoestima, la dependencia es cada vez mayor y más perjudicial.


¿Cuáles son las raíces del problema?

Existen tantas respuestas posibles como personas adictas. Ahora bien, según estadísticas e investigaciones realizadas las personas adictas al amor pertenecen a familias disfuncionales. Familias que no satisfacen sus necesidades afectivas básicas. Es decir, familias donde hay muchos secretos, roles rígidos, no hay libertad para expresar deseos o sentimientos, entre otros rasgos.
Las personas adictas han aprendido desde su infancia, a negar sus propios sentimientos: a "lucir" bien aunque estén sufriendo, a "ayudar" a otros aunque estén vacías y carenciadas, a "seducir" aunque por dentro estén llenas de miedo (algunas personas son sumamente exitosas en su vida profesional y sin embargo son adictas emocionalmente).

Es importante comprender que lo descrito con anterioridad es una enfermedad progresiva y que responde bien cuando se la trata con un profesional adecuado.

El trabajo legítimo radica en uno mismo. No necesariamente deberán separarse de su pareja, pero necesitan redirigir las energías hacia su recuperación.
La recuperación no será de inmediato, es un proceso que se va conquistando día a día. Existen distintas alternativas de tratamiento: terapia individual, terapia de pareja, o terapia de grupo.


MENTIRAS. TODA LA VERDAD

Hay mentiras peligrosas. Preparate para descubrirlas. Palabras, gestos y posturas que revelan a un mentiroso. Nuevas técnicas científicas para desenmascarar a los que mienten una vez cada diez minutos.

El “hombre del piano”, que apareció solo y mojado en la costa británica, estaba en camino a convertirse en un mito viviente. Imagínense: su misteriosa identidad mantuvo en vilo a medio mundo, circularon toda clase de versiones sobre su biografía y, durante cuatro meses, ninguna se había confirmado. Del mismo modo, ningún médico del Hospital Psiquiátrico Medway, Gran Bretaña, acertó con el diagnóstico: se dijo que era autista, que sufría de estrés postraumático o cáncer de garganta. Por el talento musical que se le atribuyó, fue comparado con David Helfgott, el brillante pianista australiano que –afectado por un cuadro nervioso y recluido durante diez años en una clínica psiquiátrica– inspiró el film Claroscuro. Pero no era nada de eso. “El pianista”, como se lo conoció, era trucho. Ni siquiera tocaba el piano (bueno, sí... pero sólo una tecla). Se llama Andreas Grassi, es alemán y engañó a policías, psiquiatras y periodistas. Ahora bien, ¿cómo lo logró? “Callándose. Todo diagnostico parte de la verbalización. El lenguaje gestual, si es neutro, no aporta nada, a menos que sea violento”, explica el psiquiatra Martín Abarrategui, miembro de la Academia de Medicina Legal y Ciencias Forenses de la Argentina. “Si hubiera empezado a hablar –conjetura Abarrategui– corría el riesgo de ser atrapado. Un paciente que enmudece, impide un diagnóstico.” E introduce un matiz: antes de decidir si Grassi es un mentiroso o un paciente psiquiátrico, hay que analizar qué beneficios obtuvo. “Si se fingió mudo, ¿qué logró a cambio? ¿Nada? Eso permitiría pensar en un neurótico muy profundo, en un fronterizo con algún toque psicótico. Si con el show logró beneficios prácticos, es un mentiroso. Y me gustaría ser su socio”, bromea el psiquiatra.
La historia abrió otros frentes. Porque un fraude no prospera en solitario. El sistema de salud y los medios británicos también habían mentido, o fueron cómplices del engaño. El pseudo pianista, con su silencio, dejó correr la bola de nieve. Que creció cada vez más. Ahora, cuando la verdad comenzó a ser parte del negocio, muchos la tratarán de establecer. Pero, ¿dónde termina el fraude mediático y comienza la fascinación por las historias “increíbles, pero reales”. ¿Acaso al público le importa siempre la verdad, o sólo la reclama cuando resulta directamente afectado? “Prevalece una sensación colectiva de anti climax ante el engaño: no es el genio atormentado que la gente deseaba que fuese” percibió, el día después de develado el fraude, el periodista de la BBC, Tom Geoghegan. Porque, si bien nadie acepta que la prensa incorpore el engaño entre sus prácticas habituales, la noticia a menudo es presentada y consumida como una forma encubierta –y degradada– de espectáculo.
El mundo de la política es el terreno más fértil para que la mentira florezca. Desde la falsa afirmación según la cual en Irak existían armas de destrucción masiva, que alentó George W. Bush para facilitar la invasión a ese país y fue apoyada tanto por los medios como por sus países aliados, hasta las mentiras consensuadas que entretienen, como el horóscopo o los participantes de ciertos talk-shows. Todo parece lo que no es.
Mentime que me gusta
Si los dioses de todas las religiones consideran que la mentira es un pecado, por lo menos el 60% de las personas –entre ellos, muchos buenos creyentes– pecan por lo menos una vez cada diez minutos durante una charla. A esa conclusión llegó Robert S. Feldman, psicólogo de la Universidad de Massachusetts (EE.UU.) En el 2002, instaló una cámara oculta en un cuarto donde los estudiantes hablaron con un extraño. Contó las mentiras y desenterró tres datos: las mujeres y los hombres mintieron por igual; ellas fueron más propensas a mentir para hacer que el extraño se sintiera mejor y los hombres mintieron más seguido para mostrarse mejor a sí mismos.
Las mentiras son funcionales a diversas estrategias de supervivencia. Pueden ser piadosas si se le oculta una mala noticia a un moribundo. Se pueden utilizar para sacar ventaja, en el caso de un enamorado que miente en plan de conquista. Pueden servir para armar una coartada, si es un delincuente. También pueden ser adaptativas. “Mentir hace que ciertas personas sean menos infelices, librándolos de un sufrimiento innecesario: si la situación no se puede cambiar y conocerla no ayuda, no saber puede ser útil”, explica el psicólogo Luis Muiño.
Hay mentiras piadosas de orden contractual. Cuando, por ejemplo, el jefe le asegura a su empleado: “Me gustaría darle el aumento, pero ahora la empresa no puede afrontarlo”, el jefe sabe que la relación laboral lo habilita a omitir por qué no le pagará más aunque la compañía pueda hacerlo.

Mentime que me gusta
Si los dioses de todas las religiones consideran que la mentira es un pecado, por lo menos el 60% de las personas –entre ellos, muchos buenos creyentes– pecan por lo menos una vez cada diez minutos durante una charla. A esa conclusión llegó Robert S. Feldman, psicólogo de la Universidad de Massachusetts (EE.UU.) En el 2002, instaló una cámara oculta en un cuarto donde los estudiantes hablaron con un extraño. Contó las mentiras y desenterró tres datos: las mujeres y los hombres mintieron por igual; ellas fueron más propensas a mentir para hacer que el extraño se sintiera mejor y los hombres mintieron más seguido para mostrarse mejor a sí mismos.
Las mentiras son funcionales a diversas estrategias de supervivencia. Pueden ser piadosas si se le oculta una mala noticia a un moribundo. Se pueden utilizar para sacar ventaja, en el caso de un enamorado que miente en plan de conquista. Pueden servir para armar una coartada, si es un delincuente. También pueden ser adaptativas. “Mentir hace que ciertas personas sean menos infelices, librándolos de un sufrimiento innecesario: si la situación no se puede cambiar y conocerla no ayuda, no saber puede ser útil”, explica el psicólogo Luis Muiño.
Hay mentiras piadosas de orden contractual. Cuando, por ejemplo, el jefe le asegura a su empleado: “Me gustaría darle el aumento, pero ahora la empresa no puede afrontarlo”, el jefe sabe que la relación laboral lo habilita a omitir por qué no le pagará más aunque la compañía pueda hacerlo.

Neurología del engaño
“Según San Agustín, la verdad naturalmente se impone. Para mentir es necesario primero inhibir la verdad. Estudios con neuroimágenes funcionales han mostrado que, cuando se miente, se activan áreas cerebrales, tales como el cíngulo y la corteza órbitofrontal, que participan en procesos inhibitorios”, explica el neurólogo Ramón Leiguarda, director de la Fundación para la Lucha contra las Enfermedades Neurológicas de la Infancia (FLENI).
Todos, en mayor o menor medida, mentimos y somos buenos haciéndolo. Por eso el engaño es difícil de detectar. Por cierto, la mentira está mucho más integrada de lo que se cree en nuestra vida diaria. “La falta de habilidad para decir una mentira es anormal”, sorprende el neurólogo Facundo Manes, director del Instituto de Neurología Cognitiva de Buenos Aires. “Algunos pacientes autistas son conocidos por decir siempre la verdad. La razón de este hecho parece relacionada con el déficit en Teoría de la Mente que tienen estos individuos”. ¿Qué es la Teoría de la Mente? Se le llama así a la capacidad de entender que otras personas tienen sus propios pensamientos, creencias, sentimientos o puntos de vista, y se localiza, según las últimas investigaciones, en el lóbulo frontal del cerebro.
“Uno nunca termina de conocer a la gente”, nos resignamos ante un embustero inesperado. Ciertamente, no existe un sistema perfecto para detectar mentiras.
Pero la ciencia trabaja para afinar la puntería y algunas herramientas aumentan las probabilidades de acierto. Investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Harvard (EE.UU.) y de la Universidad de Hong Kong, por ejemplo, acaban de realizar varios estudios con imágenes semejantes a tomografías computadas que permiten observar cambios en el cerebro cuando una persona miente. ¿Qué sugieren estas investigaciones? Que se activan áreas cerebrales diferentes cuando una persona miente y cuando dice la verdad. “Se cree que el proceso de mentir activaría áreas frontales que intervienen en las funciones ejecutivas (como planificar) y áreas del sistema límbico que juegan un rol crítico en los procesos emocionales”, indica Manes. ¿Se podrá algún día resolver un caso de infidelidad con una resonancia magnética? Quién sabe. Manes sugiere cautela: “Estamos lejos de conocer un patrón de activación específico durante la mentira. Estos estudios están bien diseñados, pero todavía es prematuro para sacar conclusiones”.
Por la boca muere el pez
“El lenguaje eleva la mentira al máximo nivel de perfección”, afirma el psicólogo Marino Pérez Oviedo, de la Universidad de Oviedo, España. “Es el lenguaje –continúa- lo que hace del ser humano el mentiroso más perfecto de la Creación”. Sus claro-oscuros, la sinuosidad y los márgenes de ambigüedad del hablante, puede enmascarar a un mentiroso. Pero, a veces, éste se traiciona, enredándose en su trampa. “El hecho de que seamos seres del lenguaje –agrega la psicoanalista Kuky Mildiner–, conlleva un malentendido implícito. No hay una verdad verdadera: lo importante es saber cuál es la verdad en esa mentira que estás diciendo”.
En los últimos años, la Psicología aprendió mucho escrutando los mecanismos de la mentira. Un estudio de Bella De Paulo, de la Universidad de California, y Wendy Morris, de la Universidad de Virginia, expone los sutiles signos a considerar para detectar el engaño. Las psicológas observaron que, contra lo que se cree, el mentiroso no está más nervioso o menos relajado que otro que dice la verdad.
Según el tipo de mentira, variarán los signos que la dejen en evidencia. Por ejemplo, cuando la mentira es planeada, el embustero comienza a responder más rápido que el testigo veraz. Si el mentiroso, en cambio, es tomado por sorpresa, le lleva más tiempo comenzar a responder. El fabulador es más negativo, quejoso y menos colaborador: lo que dice tiende a sonar ambivalente y su discurso es menos lógico. El relato verdadero suele contener más detalles superfluos, autocorrecciones espontáneas y especulaciones acerca del estado mental de otros.
El gesto delator
La psicóloga Maureen O´Sullivan, de la Universidad de San Francisco, investigó por qué ciertas personas son más aptas para detectar mentiras. Menos del 1% de los 14 mil individuos evaluados fueron más sagaces para captar el engaño. ¿Por qué? Fueron capaces de detectar micro-expresiones faciales (de menos de un segundo de duración) y sutiles cambios en el rostro de quien miente (como la dilatación de las pupilas). Signos imperceptibles para la mayoría. Según O´Sullivan, las personas que detectan mentiras más aptas tienen en común el haber tenido infancias difíciles. Tal vez, a causa de sus experiencias, estas personas desarrollaron una sensibilidad extra para detectar señales no verbales valiosas.
Estos estudios son deudores del trabajo iniciado hace casi cuarenta años por Paul Ekman, un psicólogo de la Universidad de California (EE.UU), pionero en observar las expresiones no verbales de la mentira. En los gestos, dice Ekman, es donde se filtra la mentira. Con esta premisa, se lanzó a recorrer los cinco continentes para ver qué cara ponen las personas cuando mienten. “La intención es uno de mis criterios para distinguir las mentiras de otro tipo de engaños”, definió Ekman. Fotografió y filmó miles de rostros y con ellos armó un catálogo de expresiones. ¿Qué descubrió? Que las micro-expresiones translucen esa duda que ensombrece la cara del embustero. Ekman aclara que las expresiones que congeló son sólo indicios. Es decir, un tipo de sonrisa, aunque cumpla con las descripciones anatómicas que darían la pauta de una mentira inminente (cuando no se forman arrugas en los ojos tipo “patas de gallo” y sólo se mueve la comisura de la boca, por ejemplo), no puede ser prueba exclusiva para emitir un veredicto; siempre es necesario conocer con cierta profundidad al sujeto.
En muchas culturas, llevarse la mano a la nariz es un movimiento asociado a la acción de mentir. Se puede relacionar con el hecho de que la nariz contiene tejidos eréctiles que se engrosan cuando mentimos, explica el investigador norteamericano Alan Hirsch.
La naturaleza exhibe infinitas conductas que enseñan que no sólo los humanos somos hábiles para el engaño. Algunas aves ponen sus huevos en los nidos de otras para que éstas alimenten a sus crías; hay predadores que se camuflan con el paisaje para desorientar a sus víctimas; y primates que copulan con las hembras ajenas y corren a colgarse de la palmera para escabullirse del macho burlado.
¿Son éstos engaños? “No en un sentido humano, sí en un sentido biológico”, responde Ricardo Ferrari, etólogo de la Universidad de La Plata­. “La mentira, como tal, sólo tiene sentido en el contexto humano. En el resto, sólo son conductas que permiten obtener un beneficio; no existe el aspecto moral que nosotros le damos”.
En algunos simios, con todo, se puede detectar una conducta mentirosa semejante a la humana. “El llamado mono verde, por ejemplo, hace señales específicas para indicar la presencia de animales peligrosos. Pero a veces, cuando aparece comida, el que no tiene acceso a ella da una falsa señal, y cuando todos corren para esconderse, se queda con el botín”, cuenta Ferrari.
Los psicólogos Richard Byrne y Nadia Corp, de la Universidad Saint Andrews, Escocia, hallaron que el tamaño del cortex de la zona del cerebro dedicada a las funciones cognitivas avanzadas de esos monos puede indicar grados de engaño, y concluyeron que comparten con el Homo Sapiens la Teoría de la Mente. Esta habilidad, que les permite engañar adrede, estaría en el cráneo de los grandes monos desde hace 12 millones de años. Por lo visto, es larga la historia de las mentiras en la humanidad. Pero, a medida que la ciencia avanza, sus patas son cada vez más cortas.
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El efecto pinocho

La American Psychiatric Association elaboró una guía de referencia de expresiones verbales y no verbales que desnudan la mentira. Para probar la técnica, aprovecharon los videocasetes con las declaraciones del ex presidente Bill Clinton cuando su affaire con Monica Lewinsky tomó estado público. Tras testear las declaraciones falsas de Clinton, los psiquiatras verificaron la efectividad de estos criterios. Algunas de las acciones que suelen evidenciar cuándo alguien no dice la verdad son:
  • El cuerpo se inclina más hacia adelante.
  • Bebe y traga más.
  • Se toca más la cara.
  • Evita cruzar la mirada con otros.
  • Disminuye el parpadeo.
  • Aumentan la cantidad de negaciones y de errores en el discurso.
  • Se incrementa el tartamudeo en el habla.

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